Conozco a un chico de 10 años.
Se llama Nicolás y le gustan la música y los autos.
Cuando cantamos el feliz cumpleaños él marca en la mesa a contratiempo.
Y siempre dibuja autos tuneados.
Una tarde me quiso regalar un dibujo y escribió mi nombre con letra doble sobre una máquina deportiva que echa fuego por el escape.
Hace más de un año y medio que nos conocemos. Lo he visto c r e c e r y transformarse.
La z de mi nombre es una s con un palo que la atraviesa y la a es una o con patas. Yo he pegado el dibujo en el costado de un ropero; si alguna vez escribí un buen poema es ese. Esta es la telenovela de La hiedra: el sufrimiento implica a su vez una capacidad.
9.6.10
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